Hambre fisiológica y hambre sensorial
Es importante diferenciar de lo que es un hambre real, fisiológica, en el estómago, de lo que es un hambre sensorial (por ejemplo cuando vemos algo que nos apetece o nos llama por la vista, o por el olfato…) o un hambre mental o comer por ansiedad.
Diferenciar esto nos puede ayudar a elegir con consciencia lo que necesitamos comer antes de ponernos a picar, o evitar comer de algo que algún familiar esté comiendo, ya que puede que no sea lo mejor para nosotros.
Para ello es necesario que nos tomemos unos segundos antes de comer algo, respiremos profundamente hasta 3 veces, podemos incluso cerrar los ojos y llevando la atención al estómago, valorar si realmente tenemos hambre (sentimos rugidos en el estómago, por ejemplo) o preguntarme cuanta hambre estoy teniendo.
Si realmente tenemos hambre, puede ser el mejor momento para optar por alimentos saludables: fruta, verdura, cocinarnos unas ricas legumbres,…
Evitar comer de forma emocional
Y si en ese momento, somos conscientes de que no es hambre fisiológica, si no que vamos a comer de forma más emocional movidos por la ansiedad, o por aburrimiento y eso no nos va a ayudar a encontrarnos mejor más adelante, puede ser un buen momento para buscar alternativas a esa situación: coger un buen libro, escuchar música, darnos un baño relajante, ponernos a bailar, regar las plantas, jugar con nuestros hijos o nuestra mascota…
Por suerte, hoy en día tenemos muchas opciones en casa. Y si finalmente, nos ha apetecido mucho comernos ese “croissant” o ese trozo de chocolate, no pasa absolutamente nada, no hemos de sentirnos culpables, no nos va a ayudar a encontrarnos mejor sentir culpabilidad, hemos de entender que es un patrón complicado de modificar en estas situaciones, y que se puede trabajar con calma en consulta.
Diario de alimentación
Igualmente, considero que es interesante llevar un diario de alimentación durante estos días y poner por escrito como nos sentimos con la forma de alimentarnos, ya que nos puede ayudar a ser conscientes de nuestras emociones, a conocernos mejor y en definitiva: relacionarnos mejor con la comida.
María Giménez Boix – Dietista – Nutricionista CV0091